Ain't that the way it always starts? A simple round of conversation. Became a shameful equation.
Si alguien me hubiera dicho hace todos esos años, que ahora las cosas serian de esta manera, probablemente no lo hubiera creído eran días en los que eramos más jóvenes, que creíamos que todo era más fácil, salíamos de nuestras casas, dispuestos a salvar el mundo una vez más, teníamos fe en nosotros mismos, estábamos llenos de energía, vigorosos, dispuestos a todo, supimos ser admirados por todos, temidos por aquellos que osaban a desafiarnos, soliamos ser los mosqueteros, el grupo gracioso que se complementaba entre sí, pero los años no vienen solos, esas fueron épocas que vivimos antes de que el mundo mostrará su verdadero rostro, antes de que nos doblegará e intentara ponernos a sus rodillas, uno a uno fueron exponiendo nuestras debilidades.
Los villanos continuaron siendo villanos, los heroes se enfrentaron unos a otros, desaparecieron poco a poco, y los pocos que resistiamos perdiamos frecuentemente las batallas que enfrentábamos, fueron épocas oscuras.
No era la forma ideal de pasar lo que muchos llamaban "la última noche sobre la tierra", sin embargo para uno de los únicos que aún parecia ser un heroe activo, era algo que llenaba mis expectativas de lejos, de hecho en lo más profundo de mi ser, era lo que quería, de otra forma, pero se acercaba bastante, era preferible que quedarse viendo televisión o comiendo sin cesar a pesar de no tener hambre.
Un sentimiento extraño, y sin embargo me era familiar, de un tiempo lejano, de antaño, de aquellos días en que construíamos esas montañas de papel y nos sentábamos a verlas arder, me era extraño vernos andar por las calles, hablando de la vida, como si todos esos meses de silencio hubieran sido un sueño muy lejano, era tan agradable, que llegué incluso a pensar que estaba muerto, recientemente ví una frase que me llamó mucho la atención "los muertos siempre hemos estado entre los vivos" y si eso era lo que me estaba pasando, si toda la vida, la gente con la que nos cruzamos en la calle esta muerta ya, y solo camina por la ciudad, creyendo que sigue viva, quizas yo sea uno más de esos, o al menos así me sentía en ese momento.
La verdad nada más importaba en ese momento, era tal como aquellos días de gloria que solíamos recorrer el cielo, a pesar de las miradas que sentía encima de nosotros, de los oídos atentos a nuestras palabras, a pesar de los pedazos de dientes que sentía en mi boca, vamos ¿quien no ha escupido dientes? a pesar del sabor a sangre que sentía, volvia ser una vez más aquel chico de 15 años con los mismos sueños y anhelos utópicos y estúpidos....estúpidos... estúpidos como algunas personas que no saben valorar a quienes tienen a su alrededor y todo el aparente cariño que parecen recibir, estúpido ciego, estúpido sordo, solía ser diferente, las cosas no se supone que debian ser de este modo, eso pienso mientras habla de sus idilios, irónico, porque en la situación, eso me convierte en uno de esos hombres estúpidos, en uno de los villanos de la historia que tiene lo que quiere, pero no quiere lo que tiene.
Sin embargo si áquella noche resultaba ser la última noche en la tierra, habría valido toda la pena del mundo, nos habiamos reunido una vez más, para luchar por los ideales en los que alguna vez creímos que representamos y que juramos defender, para recordar lo que alguna vez fuimos, estábamos juntos de nuevo.
Sgt Cristian